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El Concepto en Arquitectura: Guía para hacer un conceto

¿Te has enfrentado a la temida página en blanco, sin saber cómo empezar tu proyecto universitario? La clave para desbloquear tu creatividad y darle una dirección clara a tu diseño tiene un nombre: el concepto arquitectónico. Lejos de ser una idea abstracta y etérea, el concepto es el ADN de tu proyecto, la idea rectora que justifica cada línea, cada material y cada espacio.

En este post te guiaremos a través del proceso para definir, desarrollar y visualizar un concepto sólido que no solo impresionará a tus profesores, sino que también dará un significado profundo a tu arquitectura.

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¿Qué es Realmente un Concepto Arquitectónico?

En pocas palabras, el concepto arquitectónico es la idea central o el hilo conductor que da coherencia y unidad a un proyecto. Es la respuesta a la pregunta fundamental: ¿De qué trata tu edificio? No es la forma final, ni el programa, sino la intención que hay detrás.

Piensa en él como la tesis de un ensayo. Un buen concepto debe ser:

  • Claro y conciso: Debes poder explicarlo en una o dos frases.
  • Relevante: Debe responder directamente a las condiciones del lugar, el usuario o el problema de diseño.
  • Potente: Debe tener la capacidad de guiar las decisiones de diseño a todas las escalas, desde la implantación urbana hasta el detalle constructivo.

Un error común es confundir el concepto con una metáfora literal (ej. «mi edificio es una flor»). Si bien las metáforas pueden ser un punto de partida, un concepto robusto va más allá, integrando aspectos funcionales, espaciales y formales de manera abstracta.

¿Cómo Desarrollar un Concepto Arquitectónico? Guía Paso a Paso

Crear un concepto no es un acto de inspiración divina, sino un proceso de investigación, análisis y síntesis. Aquí te dejamos un método que puedes seguir.

1. Análisis Profundo: El Sitio y el Usuario

La arquitectura no existe en el vacío. Tu primer paso es convertirte en un detective del contexto:

  • El Sitio: Analiza el clima, la topografía, las vistas, los vientos dominantes, la historia del lugar y el tejido urbano o natural que lo rodea. Busca las potencialidades y restricciones.
  • El Usuario: ¿Para quién diseñas? Investiga sus necesidades, sus rutinas, sus aspiraciones y cómo interactuarán con el espacio.
  • El Programa: Desglosa los requisitos funcionales. ¿Qué actividades se realizarán? ¿Cómo se relacionan entre sí?

2. Investigación y Referentes

Busca inspiración en otros proyectos de arquitectura, en el arte, la naturaleza, la filosofía o la tecnología. No se trata de copiar, sino de entender cómo otros han resuelto problemas similares. Crea un moodboard con imágenes, texturas y palabras clave que resuenen con tus primeras ideas.

3. Brainstorming y Síntesis: La Idea Rectora

Con toda la información recopilada, es hora de sintetizar. Empieza a lanzar ideas y a traducirlas en diagramas conceptuales. Un diagrama puede expresar relaciones, jerarquías, flujos o intenciones de una manera mucho más directa que las palabras.

Pregúntate: ¿Qué acción o idea principal resume mi intención?

  • ¿Conectar dos partes de la ciudad?
  • ¿Proteger del sol y generar sombra?
  • ¿Fragmentar un volumen para integrarse en el paisaje?
  • ¿Crear un recorrido que revele las vistas gradualmente?

La respuesta a esta pregunta es el núcleo de tu concepto. Por ejemplo, en lugar de «una casa en la playa», tu concepto podría ser «un refugio que se abre al mar y se cierra a la calle, enmarcando las vistas del horizonte».

Enfoques para tu Concepto: ¿Cuál es tu Camino?

Tu concepto puede tener diferentes enfoques, dependiendo de lo que consideres más importante para tu proyecto. Algunos de los más comunes son:

  • Enfoque Formal o Geométrico: La idea principal se basa en la manipulación de la geometría, la forma pura, la luz y la sombra. (Ej: La obra de Tadao Ando).
  • Enfoque Funcional o Programático: El concepto nace de optimizar las relaciones funcionales y los flujos de circulación. (Ej: El Aeropuerto de Kansai de Renzo Piano).
  • Enfoque Simbólico o Narrativo: El edificio cuenta una historia o representa una idea cultural, histórica o poética. (Ej: El Museo Judío de Berlín de Daniel Libeskind).
  • Enfoque Material o Tectónico: La idea se centra en la expresión honesta de los materiales y el sistema constructivo.

De la Idea a la Imagen: Geometrización y Presentación para la Universidad

Ya tienes tu concepto. Ahora, ¿cómo lo presentas de manera visualmente impactante? La clave es la geometrización, el proceso de traducir tu idea abstracta a un lenguaje formal y espacial.

Diagramas Conceptuales: El Poder de lo Simple

Tu primera herramienta de comunicación son los diagramas. Usa esquemas sencillos en 2D o 3D para explicar tu concepto. Estos diagramas deben mostrar la evolución de la idea, desde el análisis inicial hasta la primera propuesta volumétrica. Muestra las operaciones clave: extruir, sustraer, girar, intersectar, etc.

Consejo: Usa un color para resaltar tu idea principal y mantenlo consistente en toda tu presentación. Por ejemplo, si tu concepto es sobre la circulación, dibuja todas las líneas de flujo en rojo.

La Geometrización: Dando Forma a la Idea

La geometrización es el paso donde aplicas una lógica formal a tu concepto.

  • Define una retícula o módulo: Esto puede ayudarte a organizar el programa y a dar un orden compositivo a tu proyecto.
  • Establece reglas y relaciones: Por ejemplo, «todos los espacios de servicio se agrupan en un volumen ciego» o «la altura de las ventanas siempre será un múltiplo del módulo base».
  • Explora variaciones: Usa maquetas rápidas (físicas o digitales) para probar cómo tu lógica geométrica se adapta a la forma. No te quedes con la primera opción.
Antique print Japanese, abstract flag

Sketches y Modelos 3D: La Evolución Visual

Combina herramientas análogas y digitales. Los sketches a mano alzada son perfectos para explorar ideas de forma rápida y expresiva. Luego, lleva esas ideas a un modelo 3D para estudiar la volumetría, la escala, la luz y la materialidad con más precisión.

Para tu presentación final, asegúrate de mostrar el proceso. Crea una lámina o una sección de tu presentación que narre visualmente cómo tu concepto (la idea abstracta) se transformó, a través de la geometrización (las reglas y la lógica), en tu propuesta arquitectónica (la forma final).

En resumen, un concepto sólido es tu mejor aliado en el proceso de diseño. Te da un propósito, justifica tus decisiones y transforma un simple edificio en una obra de arquitectura con significado. ¡Ahora es tu turno de encontrarlo!

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